Sobre el MCM

Misión e historia

La necesidad de contar con un museo local de cerámica en Manises aparece ya recogida en los discursos del ingeniero manisero Rafael Valls David a finales del siglo XIX. Sin embargo, esta idea no se materializó hasta los años 60 del siglo XX, cuando el Ayuntamiento de Manises recibe un legado por parte del matrimonio José Casanova Dalfó–Pilar Sanchis Causa. Esta donación fue el origen del MCM, pues se componía de un inmueble -casa señorial de finales del siglo XVIII donde se sitúa el Museo- y de un conjunto de obras de arte y cerámica que, como expresamente se indicaba, debían ser utilizados para la creación de un museo. De este modo, el legado proporcionó el lugar, así como el contenido con el cual poder constituir el Museo de Cerámica de Manises, cuya inauguración tuvo lugar oficialmente el 26 de noviembre de 1967.

La exposición y conservación de los objetos legados y de las primeras piezas que, recuperadas del subsuelo de Manises o donadas por los vecinos del pueblo, se fueron incorporando a los fondos del Museo marcaron su etapa inicial. Con los años, el Museo aumentó la colección, principalmente por excavaciones, donaciones, depósitos y compras, y trató de especializarse y convertirse en un espacio dedicado exclusivamente a la cerámica de Manises. Este objetivo exigió intensificar los trabajos de estudio e investigación para obtener datos e información más rigurosas sobre la producción cerámica de la ciudad, conocimientos que, además, debían transmitirse al público a través de un discurso expositivo razonado. De esta manera, el MCM fue evolucionando poco a poco hasta llegar a transformarse en el centro de adquisición, conservación, investigación, exhibición y comunicación de la historia de la cerámica manisera que es hoy en día. Los cambios en el MCM han tenido lugar también a nivel físico, con la ejecución entre 1985 y 1989 de un proyecto de reforma y ampliación -redactado por los arquitectos Vicente Lerma Rodrigo y José R. Sanchis Solsona- i un plan museográfico -elaborado por Josep Pérez Camps- de los cuales son fruto las instalaciones y exposición actuales.

Los últimos años, el MCM trata de adaptarse a las nuevas exigencias de los museos y a las recientes necesidades del público y centra sus esfuerzos en ofrecer una mayor contextualización y una interpretación más actual de la colección para conseguir su comprensión de una manera más amena y eficaz. En este sentido, el Museo organiza actividades que intentan implicar a la comunidad y trabaja a largo plazo en una nueva ampliación que permitirá reestructurar las obras y el discurso expositivo en el nuevo espacio disponible. En definitiva, el MCM quiere ser un museo moderno, bien dotado y con voluntad de servicio a la sociedad actual y a las generaciones futuras.

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